El Otro Bicentenario, El Bicentenario de los Pueblos Imprimir E-Mail

El Otro Bicentenario
El Bicentenario de los pueblos de las
resistencias históricas y cotidianas


Por Patricia Agosto*
Imágenes: Martín Vidal*
Juan Alaimesº


Los días 24 y 25 de mayo, la Plaza Congreso de la ciudad de Buenos Aires fue ocupada por voces luchadoras que venían desde distintas experiencias de lucha y resistencia y desde diferentes rincones del país. Allí, en ese acampe por El Otro Bicentenario, confluyeron los esfuerzos de un año de articulación y organización entre distintos colectivos representativos de los diversos sectores que vienen luchando contra este sistema depredador de la naturaleza y de la vida. Comunidades de Pueblos Originarios, asambleas socioambientales, bachilleratos populares, colectivos de trabajo barrial y de comunicación popular, organizaciones campesinas, estudiantiles, sindicales, culturales, empresas recuperadas, intelectuales y universitarios, fueron convocados a participar de otra mirada sobre el Bicentenario, con el propósito “de gestar el amplio espacio del "Otro Bicentenario", el Bicentenario de los Pueblos, para juntos poder pensar ideas y acciones no sólo frente a los festejos y manipulaciones oficiales, sino que nos convierta en protagonistas colectivos de las transformaciones pendientes desde 1492 por la irrupción en nuestro continente del capitalismo genocida y saqueador”.

La primera pregunta que surgió en los inicios de la construcción de ese espacio, que provino originalmente de los Pueblos Originarios, fue: ¿qué tenemos que festejar? Y las respuestas comenzaron a fluir y a expresarse en las muchas asambleas que dieron nacimiento a esta movilización de los pueblos: nada tenemos que festejar después de 517 años de resistencia indígena y popular y de 200 años de la constitución de un estado represor y genocida que no hizo otra cosa que anular la posibilidad de existencia de las diversidades culturales e ideológicas.
 
Con estas convicciones, eso/as “otro/as”, negado/as por la historia que escribieron los que se consideran vencedores, pensaron este espacio como encuentro e intercambio de todas las expresiones de lucha y resistencia del pasado y de la actualidad. Así, hubo una amplia variedad de actividades: paneles de debate, trasmisión de televisión y radio en vivo de los medios de comunicación alternativos, puestos de movimientos sociales y organizaciones populares, recitales, muestras y exposiciones, artesanías y expresiones de danzas de los pueblos originarios, proyección de documentales, puestos de libros y de comidas típicas, obras de teatro.




   
El amplísimo nivel de respuesta que tuvo la convocatoria, con miles de personas que circularon durante los dos días por el corredor en que se había convertido una de las dársenas que circundan la Plaza de los Dos Congresos, demostró cuántas organizaciones sociales estaban dispuestas a que el Bicentenario no fuera un festejo, sino una fecha para el intercambio de experiencias de resistencias y la reflexión y el debate colectivo sobre la “otra historia” y las “otras miradas nacidas de las luchas populares” sobre la Argentina del pasado y del presente.



Frente a los festejos oficiales del Bicentenario, el documento de convocatoria al acampe expresaba: “Hoy el Estado organiza su fiesta, se adorna y enaltece. El gobierno prepara las pompas oficiales, nos convoca en calidad de “argentinos”, a este festejo, reduciendo en ese concepto un crisol de elementos sociales contradictorios y antagónicos. Sienta en primera fila a explotadores y explotad@s, a opresores y oprimid@s, a saqueadores y saquead@s, a represores y a torturador@s. Ese es el Estado entendido como articulador de intereses, como “armonizador”, como “garante de justicia social”. ¿De qué manera el Estado actual puede conciliar los intereses de la clase capitalista que depreda cuanto puede depredar, con los de una mayoría oprimida? Estos fueron 200 años de genocidio, de saqueo de la naturaleza, de imposición cultural, de explotación. Todo en pos de un proyecto que beneficia a unos pocos y hunde en la miseria al resto”.

La continuidad del sistema opresor y colonizador que comenzó a funcionar en 1492 se manifestaba, a su vez, en el documento: “…entendemos las políticas de recolonización que están asolando a nuestro país y a todo el continente (… como) la continuidad del proceso de mercantilización y exterminio de la naturaleza y de la vida humana, abierto hace más de 500 años, que hoy persigue los mismos objetivos de desangramiento de nuestro continente pero con nuevas modalidades de implementación y un nivel de destrucción del medio natural y social que ha llegado a extremos que ponen en peligro la propia subsistencia de la naturaleza y de las comunidades que con ella han convivido”. Y las resistencias frente al capitalismo tienen una historia tan larga como el propio sistema: “Nuestro continente, marcado a sangre y fuego por la irrupción del capitalismo genocida y  saqueador  de la Madre Tierra a partir de 1492, gestó profundos movimientos revolucionarios, libertarios y populares  por parte de nuestros hermanos originarios, africanos esclavizados y americanos oprimidos”. Es así que esta expresión de las rebeldías históricas y cotidianas emplazada frente al Congreso Nacional se proponía: “recuperar  este patrimonio  de  saberes y rebeldías, de historias y culturas silenciadas y menospreciadas en el marco de un proyecto que intenta completar sus tareas inconclusas y traicionadas por tantos gobiernos republicanos. Nos proponemos, partiendo de un análisis crítico de las concepciones racistas, elitistas y autoritarias  que siguen dominando la vida social, los medios masivos de comunicación y la educación  formal contribuir a recuperar, valorizar y hacer visibles esas experiencias; retomar las formas de organización y de lucha, los valores éticos, pedagógicos y creativos que configuran el proceso de construcción de nuestro pueblo trabajador, indígena y campesino como sujeto histórico y protagonista del cambio social en nuestro continente: Abya Yala”.

El acampe comenzó durante la mañana del día 24 con una ceremonia indígena en la que participaron integrantes de distintas comunidades y gran cantidad de público en general, que comenzó a acercarse a la plaza para participar de este espacio de visibilización de lo/as de abajo, a través de la expresión de sus reflexiones, de sus miradas sobre la historia no contada, de sus experiencias de resistencia históricas y presentes.











Luego de la ceremonia, comenzaron a desplegarse distintas formas de expresión de esas rebeldías. Una de ellas fueron los paneles de debate y discusión que, abordando distintas temáticas desde planteos iniciales de quienes participaban desde la mesa, tenían el propósito de generar un intercambio reflexivo y crítico con el público sobre la historia y el presente de las revoluciones inconclusas de nuestro país.



Paralelamente al desarrollo de los paneles, varios medios de comunicación alternativa, integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos, junto con la Agencia Pulsar de AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias de Argentina), que habían instalado una carpa propia en la plaza, siguieron las distintas actividades del acampe y, a través de la trasmisión en vivo, realizaron entrevistas a distintos integrantes de las organizaciones participantes, que dieron su mirada sobre este “Otro Bicentenario”. Las distintas formas de resistencia también pudieron verse a través de la proyección de documentales que, desde una carpa específicamente instalada para ese fin, convocaba a quienes quisieran conocerlas más en profundidad.





Además, todo el acampe estuvo acompañado, por un lado, por distintas expresiones artísticas, música, danzas, teatro, que demostraron que el arte es una forma de resistencia frente a las imposiciones culturales del sistema; y por el otro, por puestos de distintas organizaciones sociales y comunidades indígenas que visibilizaron las luchas y demostraron que hay otra Argentina, la de las resistencias frente al modelo de país que nos pretenden imponer. Así, artesanías, libros, carteles, películas, banderas, folletos, infografías, mapas, fotos, instrumentos musicales y vestimentas y comidas típicas, mostraron esa otra Argentina que se viene construyendo desde las entrañas de la historia rebelde.   








 
Culminando dos días de intensos intercambios de experiencias de lucha y de otras miradas sobre la fecha convocante, el acampe cerró con una marcha pluricultural y multicolorida, que recorrió las calles de Buenos Aires con cánticos, danzas y consignas de rebelión, mostrando la conjunción y el encuentro de las diversidades culturales, políticas, ideológicas, sociales, que se habían dado cita para expresar colectivamente, y seguir construyendo, las consignas centrales de la convocatoria del Bicentenario de los Pueblos:

*BASTA  DE GENOCIDIO DEL ESTADO NACIÓN
 

*POR TERRITORIO Y AUTODETERMINACIÓN PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, MOVIMIENTOS CAMPESINOS Y ORGANIZACIONES BARRIALES.
 

*NO AL CAPITALISMO DEVASTADOR DE LA MADRE TIERRA, AL MODELO SOJERO Y LAS CORPORACIONES EXTRACTIVAS CONTAMINANTES

*SÍ A LA RECUPERACIÓN DE LAS FÁBRICAS Y AL TRABAJO AUTOGESTIVO

*SÍ AL TRABAJO DIGNO PARA LOS DESOCUPADOS

*NO AL GATILLO FÁCIL, LA DESAPARICIÓN DE PERSONAS, LA CRMINALIZACIÓN DE LA POBREZA Y LA JUDICIALIZACIÓN DE L@S LUCHADOR@S SOCIALES

*SÍ A LA UNIDAD DE TODOS LOS PUEBLOS DE LA ABYA-YALA (NUESTRA AMÉRICA) Y DE TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO QUE LUCHAN POR SU LIBERACIÓN

*SÍ A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN COMUNITARIOS Y ALTERNATIVOS FRENTE AL MONOPOLIO DE LA INFORMACIÓN POR LAS GRANDES EMPRESAS MEDIÁTICAS

*SALUD Y EDUCACIÓN PÚBLICA, POPULAR Y GRATUITA EN TODOS LOS NIVELES PARA EL PUEBLO

*SÍ A LA VIDA, A LA CULTURA POPULAR, AL BICENTENARIO DE L@S DE ABAJO, DE TOD@S LOS QUE LUCHAN POR TERRITORIO, JUSTICIA Y DIGNIDAD

¡NADA QUE FESTEJAR, TODO POR HACER!!!

















Con la convicción de que queda mucho por hacer, pero también con la certeza de que ya empezamos a transitar el camino de las construcciones rebeldes de nuestros pueblos, es que los colectivos organizadores y participantes del acampe por El Otro Bicentenario se proponen seguir encontrándose y trabajando en la articulación de las diversidades de las muchas resistencias populares, históricas y cotidianas, que se alimentan de la negación de ser como quieren que seamos, de la historia revolucionaria silenciada por las voces del poder y de la confianza en que sólo la construcción colectiva de las rebeldías de los pueblos puede parar el aniquilamiento a que nos ha llevado el capitalismo y todos sus cómplices en sus siglos de existencia. 



*Integrantes del Equipo de Educación Popular “Pañuelos en
Rebeldía” y del Centro de Investigación y Formación de
Movimientos Sociales Latinoamericanos

º "Tramalatierra", Acción Audiovisual
 
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