Cuerpo y Palabra | ![]() |
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Cuentan los Tupinambás, de la estirpe Tupy Guaraní, que en base a una antigua sabiduría heredada de sus ancestros míticos -los Tubuguazú- ellos llevaban a cabo ciertas prácticas para afinar el cuerpo en consonancia con la mente y el espíritu. Los Tubuguazú entienden el espíritu como música, un habla sagrada né empora que se expresa en el cuerpo. Éste, a su vez, es una flauta -u´mbaú- por donde fluye el canto que expresa el avá (el ser, luz, sonido, música) que tiene su morada en el corazón. El u´mbaú está hecho de la urdimbre de cuatro angás-mirins (pequeñas almas) constituidas por cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Estas precisan estar afinadas para poder expresar mejor el avá, según los ancestros un fuego sagrado que mueve a los guerreros dándoles vitalidad, capacidad creativa y realizadora. Para afinar todos los pequeños espíritus del ser se hacía entonces un jeroky, una danza, y se cantaban los tonos esenciales: Ÿ: una especie de u gutural. Su morada es la base de la columna ... para permanecer afinados en la tierra, era necesario bailar, cantar y en el instante supremo, permanecer en silencio... * “Kaká Werá Jecupé”. A Terra Dos Mil Povos. Historia indígena de Brasil contada por un indio. Editora Fundacáo Petrópolis |
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