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Caminando
Elisa Rando (especial para ARGENPRESS.info)
El 24 de marzo, en la Plaza de Mayo ni se llora ni se baila. La Plaza es lucha. Se honra la memoria. También la vida. Es grito contra la dictadura. Es compromiso con la revolución que nos debemos todos. Cualquier otra cosa nada tiene que ver con la militancia. Cualquier otra cosa es farándula que no integramos. Y es también la mascarada lamentable de un presente que no honra su pasado.
Fuimos y somos apasionados militantes de la vida y el socialismo no era una etiqueta sino el motivo principal de nuestras luchas. Los sueños traicionados. Las libertades conculcadas. La mordaza, la tortura y la muerte, siguen reclamando no piedad sino justicia. También el hambre, pide ahora y siempre, justicia.
La desocupación pide justicia. La infancia desatendida pide justicia. La corrupción debe ser castigada por la justicia. Jorge Julio López, exige justicia. La juventud pobre, sospechada y reprimida, pide justicia.
Y también todos los que en nombre de sus privilegios, planifican nuevos campos de concentración, nuevas matanzas, nuevas horas de terror. Todos, deben pasar como reos por la justicia.
La alegría tiene el límite que le impone la prudencia. No podemos agotar la militancia como tilingos, estúpidamente alegres. Queríamos cambiar todo. Queríamos un hombre nuevo. Defendimos cosas serias como la vida. Todo eso lo deseamos todavía. Transitamos el camino junto a viejos insobornables, compañeros que no olvidamos. Junto a jóvenes abnegados. Hombres y mujeres increíbles, que nos imaginamos eran para siempre. Hoy son bandera y son memoria. No perdamos nosotros, a esta altura, la cordura. No negociemos poniendo precio a todo, haciendo de la historia la historieta. La memoria, no se negocia porque dejaríamos irremisiblemente sola a la ternura.
Esta es mi modesta y sincera posición. Que no improviso. La marcó la vida y la muerte de gente que cayó luchando. No derrotada. Cayó, en plena juventud, asesinada en la tortura. En los socavones de presidios clandestinos. En los vuelos de la muerte, con la complicidad de la noche y el silencio miserable de los asesinos. Esas vidas, aún hoy, desde las marrones aguas de nuestro río ciudadano, siguen exigiendo Revolución y compromiso. Nosotros somos sobrevivientes, simplemente, sobrevivientes. Sin prebendas, ni bancas de replegados. Somos militantes. Modestos hacedores de esperanzas. Aprendices en renovados frentes. En venideras luchas. En espacios nuevos con exigencias viejas. Tan viejas como la explotación, el hambre y el miedo. Reivindicaciones supremas de la gente pobre. Nada tenemos que ver con la muerte. Tampoco con la entrega. Mucho menos con esa fiesta en esa Plaza. La fiesta, hasta ahora, la hacen todos los días el capitalismo salvaje, los empresarios explotadores, los hacendados extorsionadores. Latifundistas dueños de vidas y almas. Los curas bendecidores de latrocinios y criminales con uniforme y capucha. Los que torturaron y están libres, los que asesinaron y están durmiendo tranquilos en sus casas. Los que someten hace siglos a la clase obrera del mundo, que debe vender su fuerza de trabajo, sus cuerpos y su futuro de ignorancia y desocupación, que es el hambre de sus hijos. Nada hay por celebrar. Si esa es la fiesta, esa fiesta no es la nuestra.
Con los compañeros, compartimos amores y esperanzas. Pero, claro, la esperanza es desatenta. Se despista. Se espanta. Se atropella. Olvida y entre empujones y descuidos se pierden principios, se distorsionan ideales y hasta el deseo de realizarlos… pero estamos vivos y nos quedan unas ganas locas de luchar y triunfar junto a los pueblos latinoamericanos, antes que el fin, arteramente nos derrumbe.
Allí nomás está Cuba. En el centro del mar más tibio de la tierra. En la fina cintura azul de América latina. Lagarto alerta, perseguido y maltratado.
Cuba. Nuestra querida Cuba, supo despertar de un sacudón caribeño, el compromiso con un mundo nuevo que se abrió de repente, como si un golpe de caña almibarada nos estuviera advirtiendo que allí, en Sierra Maestra y el Escambray, en Girón y en Santa Clara, había empezado todo. Es Cuba, la que nos mantuvo despiertos en un largo amanecer de increíbles optimistas. Con su lucha desigual nos enseñó andar y hasta a creer que podíamos triunfar. Y algunos triunfaron, de verdad, sin cotizarse. Sin bajar banderas. Sin conceder ni un chiquito así, a los traidores. Desde entonces, en Cuba, donde se baila hasta dormido, cuando se manda a callar, solo el rugido del mar es más fuerte que el remolino del viento. Es que en Cuba, cinco barras y una estrella, es revolución y es bandera.
Allí también, junto a nosotros, a la vuelta del camino, Bolivia, la profunda y Venezuela la acosada, nos esperan. Claro que nos esperan. En su andar nos impulsan. Nos acompañan. Sin dirigirnos, nos esperan. Tampoco nos piden nada. No hay trueque. Nos esperan.
Bolivia, pueblo sereno, con urgencias milenarias. Manos curtidas y silencios de prudencia. Memorioso, fiel y sin precio. Humilde orgullo que caló muy hondo como el estaño en sus entrañas. Robo y usura. Violencia ancestral. Odio y silencio. Siempre robo y usura. Firme orgullo de piel oscura. Bolivia es el silencio que mete ruido, discreto, seguro, convencido. Viento y estaño. Mina y estaño. Patiño o Evo. Evo, altiplano, viento, manta, quena y silencio. Justicia y Evo. Silencio. Todos a un tiempo. Todos al mismo tiempo. Pasito a paso. El mismo tiempo.
Venezuela tumultuosa, bullanguera. Resonante. Cumbia y joropo. Cadencia y caderas. Revolución y Socialismo. No importa de qué siglo, como el vino, se ennoblece con los siglos. No excluye ni atropella. Y entre cantos, arepas, marchas y rojas, rojísimas camisas, lleva muy alto la antorcha del petróleo liberado. Es su riqueza y es su tormento. Es su solidaridad. Es su empeño. Es su sueldo. El sueldo del pueblo de Venezuela.
Allí, el arrebato y el crimen cipayo, es la traición. Es el enemigo oculto al que ni una sola idea se le cae descuidado. El atentado artero. La mano mercenaria. Acaso pueda ser el gesto que movilice la marcha imparable de miles de pies que fueron, por siglos, descalzos. Trepando cerros; cruzando arroyos. Contando en moneditas su miseria. Sintiendo ahora, que le ha llegado la educación de las letras y la razón de la justicia y la comida caliente y la medicina y la consideración y el respeto y el canto y la danza, que es su alegría y es su bandera tricolor, bien alta. Bandera de gente buena. De gente que, canta, baila, llora, ama, y lucha, porque se sabe respetada. Son personas. Son pueblo. Antes, simplemente, eran: “los carajos”.
Todos son nuestros hermanos en la coincidencia y también en la discrepancia. Con ellos, luchamos. No sólo por nosotros. Será por todos.
Por lo dicho y mucho más. Por los que cayeron. Por los que no volvieron de la tortura, por la vida cercenada, por las ilusiones atropelladas, el 24 de marzo salimos a las calles, como integrantes naturales de nuestro pueblo. Saldremos muchas veces más a luchar. A crear. A triunfar.
No acompañamos la fiesta. No hay fiesta donde ardieron las hogueras. Acompañamos la memoria. Que es pasión y combate por la vida. Denunciamos los crímenes perdonados, la justicia recortada. Los olvidos pactados, las identidades robadas, los sueños castigados. Los castigos negados y las banderas olvidadas.
Rompamos los silencios. Denunciemos la arrogancia. Derribemos la soberbia. Los compañeros esperan. Salimos por una generación que está presente en nuestras manos, nuestras luchas, nuestras broncas, nuestras exigencias. Con sus sueños que son verdades y esperanzas, que no dejaremos nos robe nadie.
No hay muerte donde no hay olvido.
Que el país más austral de América latina, joven, beligerante, recorra caminos de liberación, sin tutores del pensamiento, sin conductores mesiánicos. Así derrotaremos a los enfermos de poder, de misiles, de metrallas, de muertes que son sombras que caen sobre ellos para siempre.
Simplemente, por esto, el 24, en la Plaza…, nosotros, no bailamos.
Elisa Rando - antigua militante del Partido Socialista de Vanguardia.
Pequeños cuentos de la resistencia
Claudia Korol, para la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos
Ella calló lo que sabía.
Él no se entregó. Corrió por los techos de su casa hasta que una bala lo alcanzó.
Ella abrió las puertas de su casa, y refugió a una joven perseguida.
Él escribió con un carbón en las paredes, el nombre de la libertad.
Ella dio vueltas por la Plaza, desafiando al miedo.
Él dejó un volante contra la dictadura, en el baño de la fábrica. Dejó otro. Dejó otro. Un día no lo dejaron entrar a la fábrica. Comenzó a dejar los volantes en el baño del bar.
Ella creció sin su mamá y su papá, y sigue creciendo todos los días. Vive, con sus muertos.
Él dio clases en la cárcel a sus compañeros de historia y geografía. El maestro aprendió a leer y a escribir entre esos muros.
Ella envió desde el exilio cartas que informaban los pocos datos que llegaban desde su país. Miles de cartas fueron su manera de denunciar, y de rehacer el lazo con el país que no la dejaba volver.
Él enfrentó a la partida de la ESMA con su revólver y unas pocas balas. Cayó desplomado en una esquina con unas pocas palabras repetidas hasta el final: el nombre de sus hijas.
Ella cantó en la cárcel, para vencer el dolor y el miedo. Cantó en un coro de compañeras presas pero libres, doloridas pero felices, mientras las golpeaban para callarlas.
Él salió a la calle en las primeras marchas, y gritó contra el espanto: abajo la dictadura.
Ella lo esperó, lo buscó, lo esperó, lo buscó, y lo sigue esperando
Él hizo poemas para mantener los sueños encendidos.
Ella sobrevivió. Él sobrevivió. Y siguen resistiendo.
Hoy llegarán multiplicados por miles en la Plaza de Mayo, marchando por Memoria, Verdad y Justicia.
Claudia Korol. 24 de marzo del 2010
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“EDUCACIÓN POPULAR Y EDUCACIÓN PÚBLICA”
En los últimos años, se abrió paso una importantísima experiencia de compañeros y compañeras que intentan educar, en los marcos de la escuela pública o de los bachilleratos populares, con la perspectiva político-pedagógica de la educación popular.
Es un importante desafío a las concepciones de la educación popular, pensada como dimensión pedagógica de las resistencias y de las búsquedas emancipatorias de los movimientos populares, que a la vez nos interpela en nuestras prácticas e ideas, metodologías y sentidos.
Desde el equipo de educación popular Pañuelos en Rebeldía, hemos sostenido siempre la necesidad de que la experiencia política y pedagógica de los oprimidos y oprimidas, no tienda a reproducir al sistema, a sus prácticas asistenciales, no sea artífice de una educación de integración subordinada, sino que se constituya como uno de los aportes a la organización y enfrentamiento de los movimientos populares, en la batalla contra todas las opresiones. Que pueda ayudarnos a formar sujetos colectivos críticos, y organizaciones sociales rebeldes. Es decir, que sea efectivamente, práctica de libertad.
En los contextos de fuerte exclusión, este postulado se vuelve cada vez más complejo, lo que nos impone mayor elaboración y preparación de nuestras actividades, una sistemática crítica de las prácticas y de las ideas con que las sostenemos, y una formación permanente de los educadores y educadoras.
A esos objetivos apunta este taller, que tiene en esta primera etapa planteada la socialización de experiencias concretas, el análisis de sus logros y límites, y el trazado de un programa de autoformación que permita hacer más profunda y más audaz nuestra rebelión política y pedagógica.
Proponemos un conjunto de 4 encuentros, el tercer sábado de cada mes, en la segunda parte del año, de 14 a 18 hs. para abordar colectivamente los siguientes temas:
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CONCEPCIÓN Y PRÁCTICAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR
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ANÁLISIS DE LAS PRÁCTICAS QUE ESTAMOS REALIZANDO. ¿CUÁLES SON SUS APORTES Y SUS LÍMITES?
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EL ROL DEL EDUCADOR POPULAR EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA. LA EXPERIENCIA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA EN LA ARGENTINA
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LA EXPERIENCIA DE LOS BACHILLERATOS POPULARES. LOS LÍMITES Y DIFICULTADES. ¿CÓMO FORTALECER SUS DIMENSIONES CRÍTICAS Y EMANCIPATORIA?
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HACIA LA ELABORACIÓN DE UN ESPACIO AUTÓNOMO DE FORMACIÓN DE EDUCADORES Y EDUCADORAS.
El taller está dirigido a compañeros y compañeras, que ya están participando de experiencias de formación.
Para inscribirse, hay que escribir a
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L@s esperamos!!
PAÑUELOS EN REBELDÍA
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Entrevista a Fabiana y Germán Lefimí
Esquel, Chubut
28 de marzo de 2010
Fabiana: nuestra comunidad está en la provincia de Chubut, a 250 km de la ciudad de Esquel, en la meseta central de la provincia. El paraje es Traquetrén y el lugar donde está la comunidad se llama Cerro Colorado. Pertenece a la jurisdicción de Gastre. Ahí vivió mi bisabuelo al que nosotros no conocimos. De mi abuelo sí tenemos información, él tenía 11.000 has. alambradas, de las que nunca le llegó el título. Esos alambres, que puso mi abuelo con mi padre y mis tíos, actualmente existen. En Cerro Colorado nacimos nosotros, siete hermanos de los diez que somos.
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En nuestra provincia la impunidad y la complicidad “son un delito común”. Silvia Suppo, testigo, querellante, compañera, fuerte, valiente y hermosa fue salvajemente asesinada en la mañana del lunes 29 de marzo, alrededor de las 9.30hs.
Recibió varias puñaladas de muerte. Mientras Silvia peleaba por su vida en el hospital, la policía realizaba “algo así como ” pericias en el lugar del hecho, de manera poco prolija y bastante informal. Mientras Silvia moría en el hospital, las fuentes policiales hacían circular la versión de que tan brutal asesinato tenía como móvil robar unas cuantas chucherías de plata y el dinero de la caja de un negocio familiar donde se vendían objetos de talabartería.
Mientras todo esto sucedía ningún juez, fiscal o funcionario policial se acercó a la familia, en horas de la tarde la familia se presenta en tribunales y es en este momento en el que recién empiezan a tener datos directos.
A pesar de ser Rafaela una ciudad con baja criminalidad y que, al decir de los vecinos, hechos como este serian casi inéditos en la zona, a pesar de que toda la ciudad se encuentra consternada y conmovida, los funcionarios que deberían tomar cartas en el asunto no se hicieron un hueco en sus agitadas jornadas para hablar con la familia sobre el hecho más importante y doloroso que vivieran los rafaelinos.
Desde la agrupación H.I.J.O.S. repudiamos y rechazamos todas y cada una de las versiones policiales tendientes a minimizar y confundir a la población.
No queremos chivos expiatorios, nos cansamos de las casualidades y de excusas, de que nos expliquen lo difícil que es su trabajo y se justifiquen por su inoperancia.
Rechazamos las versiones, todas las versiones las oficiales y extra oficiales, exigimos saber los hechos, con los fundamentos, pruebas, pericias, exigimos conocer a los ejecutores y promotores de tan aberrante suceso, queremos que se abra una investigación seria y veraz , con todas las garantías procesales: ASESINARON A SILVIA SUPPO, testigo y querellante en causas por delitos de lesa humanidad, a pocos días del 24 de marzo, después de las pintadas que piden por otro “ 24” , después de las miles de amenazas que denunciamos una y otra vez sin conseguir un solo responsable. Amenazas que es importante aclarar no solo reciben los que no están bajo la orbita del programa de protección a testigo, porque todos los testigos y querellantes, los jueces y fiscales de la causa Brusa fueron amenazados.
Entendemos que la mejor y más legítima protección con la que contamos es la justicia
Exigimos justicia, exigimos la verdad, se lo exigimos a todos los poderes políticos, en especial al provincial, a los jueces, los fiscales y funcionarios policiales. Y les pedimos a todas y todos que nos acompañen y nos ayuden. Porque solo podremos estar seguros cuando cada uno de los genocidas y todos sus cómplices y encubridores estén condenados y pagando su deuda con la sociedad con una cárcel común, con prisión perpetua y efectiva.
H.I.J.O.S. Regional Santa Fe
Contactos-. 0342 155153602-0342 156103815-0342 154068365
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Si no terminamos con la impunidad, la impunidad termina con nosotras
Silvia Suppo fue una sobreviviente de esa generación que dio su vida por alcanzar el sueño de un país y un mundo con igualdad y justicia.
Por sus valores rebeldes y peligrosos para el poder político y económico de turno, en el año 1977, a los 17 años, fue detenida, torturada, violada y obligada a practicar un aborto en los siniestros espacios oscuros de las detenciones clandestinas.
Desde la apertura de los juicios que buscan poner un freno a tantos atropellos, se convirtió en una de las impulsoras de la investigación por la desaparición de su ex compañero. Junto a los organismos de derechos humanos, buscó inclaudicablemente la verdad, la memoria y la justicia y se convirtió también, en una testigo clave en la causa que condenó al juez federal Brusa y demás cómplices de crímenes de lesa humanidad. Fue una de las mujeres que denunció con valentía las violaciones y abusos sexuales realizadas de manera sistemática por los represores.
Por su inconveniencia para algunos sectores del poder, este lunes fue apuñalada en su negocio de artesanías a las 9:30 de la mañana en la ciudad de Rafaela. Su asesinato se produjo a plena luz del día durante la semana en que se cumplieron 34 años del aniversario del golpe cívico militar genocida.
Silvia Suppo murió físicamente en el hospital, mientras tanto la policía argumentaba “buscar pruebas” del crimen, revolviendo y desordenando el lugar de los hechos. La mayoría de los medios locales y nacionales rápidamente confundieron a la opinión pública diciendo que se había tratado de un robo.
Sabemos que el silencio puede ser complicidad. Tememos por la vida y la seguridad de los y las testigos que tras haber recibido brutalmente sobre sus cuerpos toda la violencia que este sistema capitalista y patriarcal es capaz de descargar, están teniendo la valentía de declarar en los tribunales que, al igual que las fuerzas de seguridad, están plagados de responsables del terrorismo de Estado.
Queremos que se castigue a los culpables de la muerte de Silvia. Queremos que se esclarezca este asesinato al igual que la desaparición de Julio López. Queremos Justicia. Queremos terminar con la impunidad de ayer y de hoy, porque sabemos que se trata de una batalla de la vida contra la muerte. La lucha por la conquista de los derechos humanos no se consigue solo con discursos, diplomas y museos.
La lucha por la vigencia plena de los derechos de los humanos y las humanas se conquista con rebeldía, con movilización colectiva, con compromiso solidario, con cuidado efectivo de las víctimas, comunicando sin condicionamientos económicos y sobre todo, construyendo espacios libres de prepotencia mercenaria y machista.
Silvia: las feministas inconvenientes te despedimos con un profundo dolor que nos desgarra pero que no nos paraliza.
Ahora, como ayer y como siempre, sigue siendo indispensable el castigo a los culpables.Por tu ejemplo de vida.
Por todos los desaparecidos y las desaparecidas de ayer y de hoy...Vamos a buscar la verdad. Vamos a luchar por justicia. Vamos a vencer a la impunidad.
Feministas Inconvenientes
Miércoles 31 de marzo de 2010
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Julio López, 5 años desaparecido. |
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